domingo, 19 de febrero de 2012

  

   









 :
SanManuel Bueno, mártir 
 Esta novela de Unamuno narra la vida de un cura de pueblo, abnegado en cuanto a la labor que realiza, atento siempre con sus feligreses, humano y solidario; sin embargo, la espiritualidad y la fe que profesa ante sus devotos es una farsa, ya que aunque es sacerdote, duda de su fe y de la vida después de la muerte, por lo que vive en una constante inquietud.  
En la estructura de la novela se ha utilizado la técnica del “manuscrito encontrado”, recurso que ya usaba Cervantes, pretendiendo en cierto modo, alejarse de la historia.
La narración se divide en 25 fragmentos numerados, de los cuales, los 24 primeros son el relato de uno de los personajes, Ángela, y el 25 un epílogo del autor, donde Unamuno se asigna únicamente el papel de transcriptor del documento, pero aprovecha el tema de la autoría literaria para enlazar una reflexión sobre la analogía entre el creador literario y el Creador del universo.
Además de esta estructura externa sencilla, la novela se divide a su vez en tres partes, consideradas como estructura interna, en la que no se tiene en cuenta el epílogo. El tiempo es otra forma de estructura interna: Ángela va envejeciendo a lo largo de la historia. 
1. La primera parte o introducción, desde el fragmento 1 hasta el 8, cuenta la vida de Don Manuel y la vida propia de la narradora, que lo recuerda. 
2. En la segunda parte o cuerpo de la novela, desde el 9 hasta el 20, Ángela vuelve al pueblo y más tarde su hermano, que en principio está confrontado con el párroco. Se describen las obras del párroco, se deja intuir que sufre o que esconde algo dentro de sí, hasta que al final se descubre la verdad. Termina con la muerte del “santo”, que coincide con la de Blasillo “el bobo”(otro de los personajes). 
3. Y la tercera parte, del 21 al 24, termina el relato de Ángela con la repercusión de la muerte de Don Manuel en la aldea.
Los personajes
Don Manuel: Tiene 37 años al inicio del relato. Sabemos de la existencia de su madre porque nos cuenta Ángela que estaba presente en uno de sus sermones, como una Dolorosa. También tenía una hermana viuda y sobrinos. Respecto a sus orígenes nada sabemos, pero se nos dice que de pequeño había jugado junto al nogal del que aprovechó el tronco; podemos suponer que era de Valverde o que se había criado en el pueblo. Era alto, delgado, erguido, llevaba la cabeza como nuestra Peña del Buitre, y había en sus ojos toda la hondura azul de nuestro lago; y tenía una voz maravillosa, cuyo timbre enamoraba a las gentes. Don Manuel confiesa haber heredado de su padre tendencias suicidas, ¡Mi vida, Lázaro, es una especie de suicidio continuo, un combate contra el suicidio!; por eso intenta estar siempre ocupado, no en asuntos personales sino ayudando a los demás.  Sus métodos no son muy ortodoxos, incluso se atreve a tocar el tamboril en las fiestas del pueblo, y esto, que en otro hubiera parecido grotesca profanación del sacerdocio, en él tomaba un sagrado carácter y como de rito religioso. Es un hombre modesto, podría haber ascendido en su carrera eclesiástica, pero rechazó esa gloria por el deber impuesto de hacer que sus feligreses vivieran con ilusión. Demuestra especial ternura por los niños y por los más débiles. Tiene bastante relación con Ángela, se preocupa de su educación, de la elección de sus lecturas, de su serenidad espiritual, incluso de su matrimonio. Pero es Lázaro el único amigo que le conocemos. Ha sometido la fe al análisis de la razón y nos encontramos con un hombre incrédulo para el que no existe una vida eterna después de ésta; esa idea se convertirá en su secreto y en el dolor que lo acompañará el resto de su vida. Su existencia es trágica ya que se impone como única misión procurar la felicidad de los demás a través de una mentira piadosa y a costa del sacrificio personal. Como Jesucristo, en el que sí cree y al que emula, se convierte en un mártir. Poco más sabemos de él y sus inquietudes, salvo que le gustaba escribir algunas notas en su breviario y dar paseos por la orilla del lago. Muere tranquilo y en paz, porque por fin la muerte le permitirá descansar de la agonía de la vida.

Ángela:  Hija de Simona y hermana de Lázaro. Su padre era forastero y llegó al pueblo con algunos libros, y de estos libros...devoré yo ensueños siendo niña; murió cuando ella era pequeña. No es una simple aldeana: desde muy niña alimenté...curiosidades, preocupaciones e inquietudes, debidas, en parte al menos, a aquel revoltijo de libros de mi padre; estudió además como interna en un colegio de monjas en Renada; vuelve a Valverde de Lucerna con 15 años y regresa definitivamente con 16. Protegida espiritual de don Manuel. Es inteligente, tenaz, valiente. No duda en hacer preguntas directas acerca de los misterios divinos, u otras más comprometedoras sobre la fe del cura, mirándole derechamente a los ojos; incluso, cuando don Manuel le comenta que no tiene importancia plantearse la existencia del Infierno, ella insiste recordándole sus “deberes hacia la fe”: pero hay que creer en el Infierno como en el Cielo. No se asusta ante las incoherencias que va descubriendo en don Manuel y plantea sus inquietudes serenamente, si bien la afectan y llora, por decepción, al principio y por compasión más tarde. Su fe es sólida y sus dudas personales pocas, la mayoría provocadas precisamente por las confesiones de don Manuel, y cuando la asaltan consigue ordenarlas sin conmoción para su espíritu. La admiración y respeto que siente por don Manuel se van transformando, a medida que va conociendo su verdad, en una relación casi maternal en la que ella, amparada por una fe consistente, protege a su “oveja descarriada”. Junto a su hermano, se convierte en guardiana del secreto de don Manuel y acepta la misión compartida de procurar la felicidad del pueblo. La única y esencial diferencia respecto a ellos es que a Ángela esta tarea no le supone un costopersonal, porque ella sí cree en Dios. Cuando finaliza el relato tiene cincuenta y tantos años.  Lázaro: Hermano de Ángela. Ignoramos su edad, pero entendemos que es el hermano mayor por las sugerencias que hace desde América para encauzar la educación de su hermana o la propuesta familiar de mudarse a Madrid cuando vuelve al pueblo. Vive en América y regresa a Valverde cuando Ángela tiene 24 años. A su regreso se muestra despreciativo con el espíritu y costumbres del pueblo - civilización es lo contrario de ruralización- decía.  No oculta su pensamiento racionalista y el rechazo que le produce la poderosa influencia que don Manuel ejerce sobre el pueblo. Pero poco a poco, conforme va conociendo el sacrificio al que ha sometido don Manuel su vida, van cambiando su actitud y opinión respecto al cura hasta el punto de convertirse en su fiel apóstol y único depositario de su confianza y amistad. A partir de aquí Lázaro no tiene ideas propias, se convierte en un mero transmisor de las de don Manuel. “Convertido” ya a don Manuel, aún afloran alguna que otra vez sus resabios progresistas (su crítica a la contradicción entre fe y superstición, su idea de crear un sindicato de la iglesia...), pero dice al final: don Manuel me curó de mi progresismo. Posiblemente muere joven; de enfermad que pareció exacerbársele con la muerte del cura. 
Blasillo: El bobo del pueblo. Más que un personaje es una “idea” que forma parte de don Manuel; representa su conciencia y se erige en el pregonero a voces del secreto que no se atreve a confesar. Blasillo suele aparecer en ocasiones significativas en las que aflora la verdad de don Manuel, sólo dice: ¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado? haciendo público ese dolor que atenaza al cura. La simbiosis entre ambos personajes es completa; sus estados de ánimo evolucionan a la par, cuando el cura estaba ya cansado por la edad y lloraba con frecuencia, Blasillo lloraba más que reía, y hasta sus risas sonaban a llanto.  Muere en el mismo momento que el cura, junto a su regazo, cogido de la mano del santo. No podía ser de otro modo: era el “secreto” del mártir. Los entierran el mismo día.  
Otros personajes:  
-La hija de la Rabona. Se embaraza en la ciudad. Don Manuel se las ingenia para que su antiguo novio, Perote, se case con ella y se haga cargo del niño.  
-Un niño. Al que don Manuel encuentra un frío día de invierno buscando una res que se le había perdido a su padre. El cura lo manda a casa a calentarse y le hace su trabajo. 
-Familia de titiriteros. Compuesta por el matrimonio y tres hijos. La mujer muere auxiliada por don Manuel mientras su marido, que era payaso, realizaba una función en Valverde. Don Manuel, interiormente, se identifica con él y le manifiesta su respeto ya que ambos comparten la tarea de procurar la felicidad de los demás: El santo eres tú, honrado payaso, te vi trabajar, y comprendí que no sólo lo haces para dar pan a tus hijos, sino también para dar alegría a los de los otros.  
-Simona. Madre de Lázaro y Ángela. Aparece en un par de ocasiones; mantiene breves conversaciones con su hija sobre la necesidad de que se case, y con Lázaro rehusando la propuesta de irse a vivir a Madrid. 
-Madre de don Manuel. Sólo aparece una vez en un sermón; conmocionada, como la Virgen, por el dolor de su hijo, grita: ¡Hijo mío!* -El pueblo. Se cita a labradores, muchachos, al médico, al juez, al maestro...una masa anónima a la que don Manuel ayuda en todo lo que puede y que le corresponde con su presencia en la iglesia, despidiéndolo con muestras de dolor el último día de su vida, visitando su tumba y recordándolo una vez muerto. 
-Padre de don Manuel y el padre de Ángela. Están muertos. Del primero nos dice don Manuel que murió con 90 años y que toda su vida tuvo inclinaciones suicidas; del segundo nos cuenta Ángela que era forastero en el pueblo, aficionado a la lectura y que murió cuando ella era niña.  
Tema: Agonía dialéctica (lucha de contrarios) : Razón / fe La razón niega la vida eterna. Es una verdad dolorosa que causa angustia y muerte. Está representada por Don Manuel y Lázaro La fe cree en la inmortalidad del alma. Es una paz ilusoria que permite la vida. Representada por el pueblo y Basilio. Su enfrentamiento crea la duda sobre el sentido de la fe de la relación entre lo vivido como verdad que cree Unamuno y la mentira como lo soñado que representa Ángela. Los símbolos Manuel: Emmanuel, Dios con nosotros: Cristo Ángela: Ángel, mensajero: narradora Lázaro: la resurrección ( de la muerte a la fe) Don Miguel: (Aproximación fonética a Don Manuel) Basilio: el bobo ( la fe ingenua) Valverde de Lucerna: Valle verde: esperanza Lucerna: Lámpara: luz. Diócesis de Renada: Re-nada: "más que nada" 


Metáfora -Había en sus ojos toda la hondura azul de nuestro lago. -El pequeño rescoldo de inteligencia que aún quedaba en el bobo. -Su canto...iba a quedarse dormido sobre el lago y al pie de la montaña. -Sentía en mis entrañas el jugo de la maternidad. -Me contó una historia que me sumergió en un lago de tristeza. -Las ruinas, vestidas de hiedra. -La nieve cubre con su toca a la montaña. -Toda la negrura de la sima del tedio de vivir. -En las lágrimas de don Manuel se bañó temblorosa la lumbre de la luna llena. -En el río cabrilleaban las razas de la luna llena. -Don Manuel en su vejez iba adquiriendo una solemnidad de religioso ocaso. -Empiezan a blanquear con mi cabeza mis recuerdos.  
Símil -Él al mirarnos parecía, traspasando la carne como un cristal, mirarnos al corazón. -Ahora se me pierden como un sueño de madrugada en la lejanía del recuerdo (los 5 años que pasó Ángela en el colegio) -Los más no querían morirse sino cogidos de su mano como de un ancla. -Aquellos años pasaron como un sueño. -Era un varón tan cotidiano...como el pan que a diario pedimos en el padre nuestro. -Estaba tan blanco como la nieve de enero en la montaña...y...temblando como tiembla el lago cuando le hostiga el cierzo (Don Manuel al dar la comunión a Lázaro) -La verdad de don Manuel la define Lázaro a través de un símil y una antítesis: amarga como el mar a que van a parar las aguas de este dulce lago. -Cuando don Manuel pide la absolución a Ángela, ésta se siente como penetrada de un misterioso sacerdocio. Aliteración y Onomatopeya Sentí como una callada confesión suya en el susurro sumiso de su voz, percibe Ángela en su segunda confesión. 

Sinestesia -Empezaba el pueblo a olerle la santidad. -¡Qué cosas nos decía! Eran cosas, no palabras. 
Sinécdoque. Expresando el sentimiento de unidad y comunión religiosa del que participaba el pueblo. -Ya toda ella (Valverde) era don Manuel (el todo por la parte) -Mi pueblo vivía en mí (el todo por la parte) -Cuando rezábamos todos...hechos pueblo (la parte por el todo) -Como conocía a todos...vivía en ellos (la parte por el todo)
 Preguntas retóricas Son frecuentes a lo largo de la obra; Ángela recurre a ellas en sus pensamientos acerca de las contradicciones que va descubriendo en don Manuel, o ante el cambio de actitud de su hermano, o cuando sus dudas la asaltan: ¿nosotros pecadores?... ¿Por qué no me engañó entonces como engañaba a los demás? En el último capítulo las reflexiones de Ángela se amontonan en una retahíla de preguntas sin respuesta: ¿Es que sé algo?... ¿Es que creo algo?... ¿Es que pueden pasar estas cosas?... ¿Es que todo esto es más que un sueño...? 
Alegoría con el lago, la montaña y la nieve que estudiaremos en un apartado especial dedicado al análisis de símbolos. Antítesis, Oxímoron y Paradoja. Estas figuras que juegan con el significado contrario, contradictorio o aparentemente contradictorio de las palabras son, quizá, las más acertadas para exteriorizar el pensamiento inefable que supone el planteamiento de la existencia de Dios, o el metafísico sobre la verdad de la existencia. Aparecen con frecuencia a lo largo de toda la obra: -Dice don Manuel a Lázaro que su religión consiste en consolarme en consolar a los demás, aunque el consuelo que les doy no sea el mío. -La alegría imperturbable de don Manuel era la forma temporal y terrena de una infinita y eterna tristeza. -Ángela ante los sollozos de don Manuel en confesión piensa: quiero creer que se acongojaba porque no podía engañarse para engañarme. -¡Yo no podría soportar las tentaciones del desierto! -dice don Manuel. -Dice Lázaro que don Manuel vivirá en el recuerdo de Ángela hasta que un día hasta los muertos nos moriremos del todo. -Piensa Ángela de su hermano muerto que era ya uno de nuestros muertos de vida. -En la reflexión final Ángela cree que don Manuel y Lázaro se murieron creyendo no creer lo que de verdad nos interesa, pero sin creer creerlo, creyéndolo en una desolación activa y resignada. -Reflexión de Ángela sobre don Manuel: se ganó a Lázaro con la verdad de muerte a la razón de vida. -Reflexión de Ángela sobre don Manuel y Lázaro: Dios...les hizo creerse incrédulos. -Reflexión de Ángela sobre sus memorias: ¿Es que todo esto es más que un sueño soñado dentro de otro sueño? -Unamuno en el epílogo: en este relato no pasa nada; mas espero que sea porque en ello todo se queda.  
-Hipérbole -Fue un chaparrón de lágrimas entre todos. -Estaba cantando con una voz más fresca que las aguas de éste (lago) -Hasta de noche la nieve alumbra.
 -Ironía -Don Manuel apela varias veces a la autoridad de la Santa Madre Iglesia Católica Apostólica Romana para contener las preguntas de Ángela. -Ante otra duda de Ángela don Manuel responde: a eso, ya sabes, lo del Catecismo. -Considera don Manuel a Calderón como un gran doctor de la Iglesia Católica Apostólica Española. -Don Manuel dice a Ángela que sus preguntas sobre los misterios divinos están instigadas por el Demonio, ella le dice en una ocasión: hoy vuelvo yo, la endemoniada, a dirigirle otra pregunta que me dicta mi demonio de la guarda. -Nuestro don Manuel, tan afamado curandero de endemoniados, no creía en el Demonio.


http://eltestamentodelpescador.com
http://elarlequindehielo.obolog.com 

http://www.ucm.es
http://bolsoamarillo.blogspot.com/2009/08/descarga-manuel-bueno-martir-de-unamuno.html
http://personal.telefonica.terra.es  
http://angela-sayago-martinez.suite101.net/san-manuel-bueno-martir-a48117